…el tren
…un correo
…un comercio dedicado a la venta de animales vacunos, con suc. de escritorio en la ciudad de Saladillo, y con remates-feria en Polvaredas y en “el puente” ruta 205
…una Cooperativa con un edificio importante
…una tornería
…una fábrica de soda
…un taller mecánico de automoviles
…dos expendios de combustibles
…un almacén de ramos generales
..tres bares, uno con cancha de bochas
…un hospedaje exclusivo para maestras
…una peluquería de hombres
…dos peluquerías unisex
…un aserradero
…una heladería
…una tienda unisex
…una panadería, fabrica
…un excelente delegado, que usaba su auto particular
… en orden de progreso Polvaredas, Del Carril, luego Toledo y Cazón
HOY Polvaredas NO cuenta con…
…la mejor clínica de un pueblo de la Pcia. Bs. As.
…médico y enfermeras permanentes a toda hora
…un camino excelente a Del Carril
…un equipo de futbol varias veces campeón
…un club con autoridades que dan a conocer las asambleas
…el papy futbol mas exitoso de la zona, incluyendo R.Perez y Saladillo
…un micro saladillo, polvaredas Blaquier
…el tren
…un correo
…un comercio dedicado a la venta de animales vacunos, con suc. de escritorio en la ciudad de Saladillo, y con remates-feria en Polvaredas y en “el puente” ruta 205
…una Cooperativa con un edificio impactante
…una tornería
…una fábrica de soda
…un taller mecánico de automoviles
…dos expendios de combustibles
…un almacén de ramos generales
..tres bares, uno con cancha de bochas (UNO)
…un hospedaje exclusivo para maestras
…una peluquería de hombres
…dos peluquerías unisex
…un aserradero (SI)
…una heladería
…una tienda unisex
…una panadería, fabrica
SI TIENE
…un “servicio” del tel. que, si bien está, pero a la mayoria de los abonados no les funciona, hay casos de hasta más de un año
…un servicio de agua corriente
…un servico de gas (prometido)
…un servico de alumbrado, que cada frentista debe soportar los gastos de materiales para tener luz
…una Biblioteca
…un salón para los jubilados
…una sala de primeros auxilios, NO las 24 horas
…servicio de colectivo (por el asfalto) Saladilo-Polvaredas, Blaquier NO
…un camino hasta Saladillo, que en otras épocas era intransitable hoy una ruta excelente (hay que pedir una balanza urgente los camiones)
… en orden de progreso, la estadística es: Cazón, Toledo, Del Carril y Polavaredas
…un delegado, que el municipio a pesar de proveerle una vehículo 0km , en los cuatros años de su mandato anterior, no se preocupò para nada de su pueblo.
Conclusión: Sáquenla uds.
Expreso Blaquier
Falleció a los 89 años de edad JACINTO JORGE INVERNIZZI (TITO)
EXPRESO BLAQUIER
Cuantos recuerdos me vuelven a la memoria, desde muy chico mi madre me traía al dentista Polvadedas –Saladillo y viajabamos con “Tito” , en el viejo colectivo, ya mas grande los viajes a la escuela en Toledo, después al colegio de Saladillo, y asi siempre viajando con “Tito”
El expreso Blaquier, llegaba hasta este paraje pasando por Polvaredas, Toledo y concluyendo en Saladillo, y a la mañana siguiente el mismo recorrido, claro…, de regreso, no era viaje directo, tenia una escala, la parada “obligada” en Polvaredas en la antigua herrería Lucentini, unos mates y seguir viaje.
Pasaba si o si , no había nada que lo detuviera, recuerden caminos de tierra por aquellos años. Recuerdo que ya de tanto transitar esos caminos, cuando llovia al vijo micro le empezaba a entrar agua por el techo, hasta que un dia “Tito” apareció con el colectivo nuevo (foto), era todo un placer viajar en el , pero…los días lindos , en el barro no jajaja
Despues vino el asfalto , ahí si combis, remises, autos, etc, pero el trabajo sucio, lo hizo “Tito”·.
Te recuerda con cariño Beto Bruno
Y usted preguntará… ¿Por que marchamos?
Por Daniel Massa
Las movilizaciones son un aire fresco para la democracia, es cuando nosotros, los ciudadanos, nos expresamos en las calles y nos hacemos visibles.
En mi caso personal, mi primera incursión fue en el año 1982, bajo la consigna “Paz, pan y trabajo”, con mi amigo Nahuel (ya no por estos “lares”), días antes de la toma de las Malvinas por el Gobierno del “dictador” Galtieri, como es sabido terminó con una represión digna de una dictadura.
El 18 de febrero hubo una marcha multitudinaria, opositora al gobierno, pidiendo justicia (¿?), organizada por algunos fiscales y jueces y los medios hegemónicos que vienen siendo favorecidos por esa parte del Poder judicial con la ley de medios (5 años de aprobada y siguen las cautelares). Los futboleros me van a entender (los demás que averigüen si quieren), es como si Saja, Orion y Barovero, convocaran a una marcha a la AFA porque están recibiendo muchos goles en el campeonato, por demás ridículo. Otra consigna era “todos somos Nisman”, como si el fiscal de la Nación que hizo una denuncia descabellada a la Presidenta de la Nación, que no hubo un solo jurista de la Argentina que la respaldara, fuera un “prócer”. Cualquier muerte es dolorosa, pero no mejora. Con la gente que concurrió a esa marcha, sí, me separa una “grieta ideológica abismal”. De la que estoy convencido es que lo único que la dirime es la democracia en las urnas.
El 1 de marzo, con tres amigos, fui a la movilización a la Plaza de los dos Congresos, en auto(a gas), comimos tostados de miga con cortado en jarrita de almuerzo y sándwich de pan francés de “crudo y queso” y alfajor triple de chocolate, de vuelta. Estos detalles deben ser comunes a muchos de los que también concurrieron, pero no me deja de sorprender escuchar a muchos comunicadores que creen que la militancia de un proyecto nacional y popular, es propiedad de los que la hacen por apetencias económicas o que no tiene nada en la cabeza y van por el “chori y la coca”.
NOS MOVILIZAMOS para que los propios sepan que no vamos a permitir que se pierda ningún derecho adquirido en los últimos años y que los opositores disfrazados de Fondos buitres, partido judicial o periodismo independiente, que desgastan para que este gobierno se vaya antes, sepan que estamos ahí, en la calle, y somos muchos.
NOS MOVILIZAMOS porque estamos convencidos de que el estado es el único capaz de mediar a favor de los que menos tienen, ante los poderosos.
NOS MOVILIZAMOS porque cada vez que un bancario, maestro, jubilado o trabajador en general le dice “yegua” o “puta” a la Presidenta, nos ofende a nosotros.
NOS MOVILIZAMOS para defender un Proyecto Nacional Popular y Democrático.
Una de las cosas más sobresalientes de esta última marcha fue la gran cantidad de jóvenes que asistieron, de algo estoy seguro, más allá de resultados electorales, MARCHAMOS PARA QUEDARNOS.
DANIEL ALFONSO MASSA
DNI 11.821.755
¿Vos sos K o de la opo?
Por Cristina Sarubbi
Una se vuelve aparentemente egocéntrica cuando es autobiográfica, pero no encuentro otra forma que la de “explicarme” para explicar lo que pienso y siento en relación con el país actual.
Creo que empecé a tener conciencia nacional (errada o no) por 1982, a mis 17 años. Me recuerdo en el último cuarto de mi casa paterna, el cuarto de mi hermano, rezando y llorando por los soldaditos que estaban en Malvinas. No sabía casi nada de la diferencia entre un gobierno militar y un gobierno democrático, aunque recordaba haber escuchado por la radio, en el campo, los sucesos de Marzo de 1976 (a mis 11 años) que referían algo de Isabelita, un helicóptero y militares. Desconocía que la guerra de Malvinas era el último manotazo de ahogado de un general alcohólico que pretendía seguir en el poder; pero yo sufría por esos muchachos que apenas sabían (si sabían) manejar un arma. Y esperaba y anhelaba que ganaran.
Después, en 1983, me fui a vivir a La Plata y participé de sentadas y cacerolazos frente al rectorado; hechos cuyos motivos ni siquiera sé si conocía o recuerdo. Muchos de mis compañeros de Letras eran viejos para mí por aquellos tiempos. Después supe que habían abandonado la universidad durante la dictadura, y que la habían retomado con la vuelta de la democracia. Supe –también- que en el comedor merodeaba “el peruano”, y que no había que relacionarse con él porque “era de la SIDE”. Supe que la Facultad de Humanidades tenía la estructura de una cárcel yanqui, que la habían mandado a hacer los milicos, con todos esos pisos rodeados de barandas, con un patio central en la planta baja, para que nadie se escapara de ellos. Aún así, me gustaba por lo caótica y plagada de carteles, por el Centro de Estudiantes, por “la jaula” (la fotocopiadora en la que trabajé en mi último año de Letras y que nucleaba los apuntes de nueve carreras). Ahí conocí a Leopoldo Brizuela, mi compañero y amigo, que militaba con las Madres de Plaza de Mayo. Escuché historias que me espantaron, como la de Pablo Díaz, el hermano de Marisa, mi compañera de facultad, que daría origen a la película “La noche de los lápices”, tan pasada y repasada en las escuelas (y tan cuestionada en su veracidad por quienes van más allá del discurso oficial).
Estudiar y recibirme fue lo primordial por esos años. Militar y también ocuparme de incentivar y perfeccionar mi escritura asistiendo a talleres literarios hubieran sido elementos distractores de mi objetivo: recibirme, venir a vivir a Saladillo, casarme, trabajar, tener hijos.
La familia de mi madre era profundamente radical; a mi abuelo paterno, contaban, le habían pintado el frente del chalet de Lomas por ser conservador, y –como empleado bancario- estaba obligado a desfilar con un birrete cada 1º de Mayo. No se podía hablar delante de la servidumbre porque el gobierno de Perón se enteraba de todo. Mi abuela materna, maestra, tenía o tuvo (no sé si lo hizo) que afiliarse al partido justicialista para poder trabajar. “Zapatillas sí, libros no”. Los negros hacían asados con el parqué de las casas de los barrios obreros, que era como tirar margaritas a los chanchos. “La razón de mi vida”, lectura repugnantemente obligatoria. “En tiempos de Lanuse estábamos bien”, decía después mi viejo, en relación con el campo.
Y la vida transcurrió, con radio, con un televisor que se veía de a ratos y en blanco y negro, sin diarios ni revistas, sin Internet, en la mansedumbre y la plenitud del campo.
En cambio, la familia de mi novio era peronista. Y él, tremendo horror para mis viejos, tenía barba (como los subversivos). Había un cuadro de Evita en el garaje, “la abogada de los pobres”; y cada 7 de Mayo mi suegra de entonces asistía al acto de homenaje en la plaza principal del pueblo. Hablaban bien de Hitler y mal de los judíos, algo nuevo para mí. Gente feliz, plena, solidaria, encantadora, que sigo eligiendo a pesar de estar separada del padre de mis hijos.
Yo procuraba no decir, no aportar, no oponerme en cada conversación sobre política que surgía en las comidas y en los cumpleaños. Entendía que la verdad no es necesariamente aquello que nos dicen que es: ni los unos ni los otros. Y menos lo que leemos, porque puede venir de un lado o de otro. Tampoco lo que vivimos, porque depende de dónde estamos para observar, padecer o disfrutar, evaluar, defender u oponernos.
Y me cansé de las veredas enfrentadas. A los 49 años entendí que no sirven para construir un país equitativo, democrático, progresista para todos, libre y sin corrupción. Harta de “derecha e izquierda”, “de los K y los opositores”, de “iraníes y judíos”, de “medios que apoyan al gobierno vs Clarín, Magneto, TN, Mitre”. Amigos y parejas separados, hijos, padres, hermanos que confrontan. En esto nos ha sumido la polarización ideológica. ¿Qué no está pasando, que no somos capaces de ver lo bueno y lo malo de un lado y del otro, que no tenemos la inteligencia y la sensibilidad para entender que el país no es un “Boca/Ríver”, no es un juego? La izquierda y la derecha son antinomias del pasado. Los extremos no sirven ni funcionan ni existen. Se puede ser capaz/incapaz, corrupto/honesto, eficiente/inútil desde cualquier partido, frente o agrupación.
El absurdo está en creer que todo lo bueno está de un lado; y todo lo malo, del otro. Pero no hemos aprendido a verlo. No se puede defender lo indefendible ni atacar lo positivo. Todos tenemos aciertos y errores. Algo que parece tan obvio, hoy no lo es en Argentina. Lo vemos en el día a día, en el trabajo, en la familia, en la tv y en las redes sociales. Y parece ser que esto también ha contaminado a los partidos políticos, centrados en opiniones, actos y actitudes detractores de los otros; pero carentes de propuestas superadoras y proyectos concretos e integrados que nos permitan visualizar el país que queremos. Siguen engañándonos con máscaras y con discursos aduladores.
¿Cuándo empezó todo esto? ¿Quiénes y cómo lograron disociarnos de esta forma? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Hasta cuándo vamos a permitirlo?
Necesitamos una ciudadanía lo suficientemente inteligente como para dejar de jugar a este juego maniqueísta.
De lo contrario, no hay partido político ni hay sistema de gobierno que nos sirva.